La trova se desarrolló en Francia entre finales del siglo XI y finales del siglo XIII.
Los trovadores, afincados en la región de Provenza, se inspiraron en el antiguo concepto griego de poema lírico como composición vocal. La poesía de los trovadores figura entre las primeras muestras literarias en una lengua distinta del latín, lengua literaria por excelencia durante la Edad Media. Sus poemas emplean nuevas formas, melodías y ritmos, originales o copiados de la música popular.
El primer trovador del que se tiene noticia fue Guillermo IX de Aquitania. La mayoría de los 400 trovadores que vivieron en esa época fueron nobles o reyes para quienes componer e interpretar canciones era una manifestación más ideal caballeresco. Originalmente, los trovadores cantaban sus poemas en la corte y a menudo celebraban competiciones o torneos musicales; más tarde contrataron a músicos itinerantes, los llamados juglares, para interpretar sus obras.
Entre sus temas predilectos figuran el amor, la caballería, la religión, la política, la guerra, los funerales y la naturaleza. Sus formas de versificación eran la cansón (por general de amor cortés), la tensón (diálogos o debates), el servetensio (canción política o satírica), el planto (canto fúnebre o endecha), el alba (canción matinal) y la serena (canción nocturna).
La mujer es siempre el principal motivo de la trova, aunque esta lírica amorosa, más que expresión del sentimiento del poeta es homenaje a la dama de su señor.
Eleonora Poitou, nieta del más antiguo trovador, Guillermo IX de Aquitania, impulsó la trova, que se convirtió en elemento característico caballeresco. Cuando las trovas, ya en el siglo XIV, se registraron por escrito, su arte se estaba ya marchitando. Mientras los caballeros y artistas de su séquito las improvisaron, se transmitieron directamente de memoria. Luego los trovadores deterioraron muchas melodías con nuevos textos.
La forma de estas canciones es múltiple; para algunas sirvió de modelo el himno, mientras que la secuencia lo fue para la canción provenzal, aunque en este último caso bien pudo ser lo contrario. Estos "layes" no sólo se encuentran en lengua popular, sino también en el latín poético; verbigracia, en el famoso poema compuesto de 13 grupos de estrofas: Ventas, equitas, largitas corruit, amargo lamento sobre la carencia de moral. Es también muy variado el ámbito específico del cancionero. Los "sirvientes" son cautos, dedicados a los señores de quienes dependían los cantantes. A la muerte de aquellos comúnmente ofrecían un sentido planch, como Gauceim Faidit, en la muerte de Ricardo Corazón de León. Para entretenimiento, los temas eran de aventuras eróticas de guerreros con pastoras, como se narran en las historias bucólicas. El aube-alba es una canción en la que se describe la dolorosa separación de los amantes a la llegada de la aurora.
Guillermo IX de Aquitania "Guillermos El Trovador" |
Eleonora Poitou Nieta de Guillermo IX |
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